La dermatitis atópica es la enfermedad dermatológica
más frecuente en los niños. Los pacientes presentan lesiones en la piel que les
producen mucho picor y que, en la mayoría de los casos, suelen mejorar con el
tiempo y con los tratamientos estándar. No obstante, un pequeño grupo de
pacientes presenta lesiones graves que son resistentes a los tratamientos
habituales. Y aquí surge un problema terapéutico.

Referencia: Caufield M, Tom WL. Oral azathioprine for recalcitrant pediatric
atopic dermatitis: Clinical response and thiopurine monitoring. J Am Acad Dermatol. 2012 Aug 11.
Aunque se trata de un estudio con un número reducido
de pacientes, este trabajo nos muestra cómo la Azatioprina puede ser una
alternativa terapéutica efectiva y segura para los casos de pacientes
infantiles con dermatitis atópica severa resistentes a otros tratamientos.
**CONOCE MÁS ACERCA DE LA DERMATITIS ATÓPICA:
DERMATITIS ATÓPICA
Descripción
La dermatitis atópica (o eccema atópico) es una forma
frecuente de eccema, muy pruriginosa y recurrente, que puede afectar tanto a
niños como a adultos, siendo de hecho la dermatosis más frecuente en la
infancia.
Suele comenzar en épocas tempranas de la vida, y se
caracteriza por periodos de remisión y exacerbación. La distribución de las
lesiones varía con la edad. Existen formas de dermatitis atópica de debut en el
adulto y formas de dermatitis atópica de la infancia que no evolucionan a la
forma del adulto.
La dermatitis atópica se relaciona con otras enfermedades
alérgicas como el asma, la rinitis y la conjuntivitis, y los pacientes suelen
presentar antecedentes familiares de alguna de estas patologías.
Síntomas
Podemos encontrar lesiones de eccema agudo, subagudo y
crónico, por lo que el espectro de lesiones abarcará desde lesiones muy
exudativas (eccema agudo), lesiones rojizas y con descamación (eccema subagudo)
y lesiones engrosadas y secas (eccema crónico).
La distribución de las lesiones varía con la edad. En la
fase del lactante las lesiones eccematosas tienen preferencia por localizarse
en la cara, y es típico que comiencen a aparecer a partir del tercer mes de
vida. En la fase infantil las lesiones presentan tendencia a localizarse en las
flexuras (sobre todo en la parte delantera de los codos y en la parte trasera
de las rodillas). En el adulto podemos encontrar lesiones en cualquier
localización, siendo muy frecuentes las formas de eccema de las manos y de los
labios.
Diagnóstico
El diagnóstico de la dermatitis atópica es eminentemente
clínico. Los criterios más importantes para su diagnóstico son:
- Picor (aparece
en todos los pacientes)
- Edad de comienzo
joven
- Morfología y
distribución de las lesiones típicas según la edad: afectación de la cara
en lactantes, flexuras en niños y adultos
- Curso crónico,
continuo o recidivante
- Historia
personal o familiar de atópica (asma, rinoconjuntivitis alérgica,
dermatitis atópica).
Pueden aparecer asimismo otros hallazgos clínicos como
son: sequedad de la piel (leve, conocida como xerosis, o severa, constituyendo
un cuadro conocido como ictiosis), acentuación de los pliegues palmares,
queratosis pilar, dermatitis de manos y pies, inflamación repetida de los
labios (queilitis), eccema del pezón o susceptibilidad aumentada a las
infecciones cutáneas.
Tratamiento
El cuidado de los pacientes con dermatitis atópica
incluye una serie de medidas generales como son: evitar irritantes de la piel
(evitar contacto con jabones, detergentes, evitar exposición continuada al agua-en
niños es beneficioso ducharlos en lugar de bañarlos…) o hidratar la piel
continuamente con cremas hidratantes
El tratamiento farmacológico de la dermatitis atópica
dependerá de la intensidad de la clínica. Los fármacos de primera línea serían
los corticoides tópicos y los inmunomoduladores tópicos (tacrólimus y
pimecrólimus tópicos). El tratamiento con corticoides tópicos no debe
mantenerse de forma crónica, pero aplicado cuando es necesario y en ciclos
cortos (1-2 semanas) es efectivo y seguro. Es importante recalcar que las
cremas hidratantes deben aplicarse sobre piel sana, pero no sobre piel con
dermatitis (piel roja), ya que producirá un empeoramiento de las lesiones;
sobre la piel con dermatitis debemos aplicar la crema de tratamiento
(corticoide o inmunomodulador tópico).
Los antihistamínicos orales pueden ser de utilidad para
disminuir la sensación de picor. En caso de ser un brote intenso puede estar
indicado el tratamiento con ciclos cortos de corticoides orales. Se ha
utilizado también la fototerapia (aplicación de radiación ultravioleta de
manera controlada), así como un fármaco más potente llamado ciclosporina para
las formas resistentes. En casos seleccionados, pueden ser de utilidad otros
fármacos inmunosupresores como la Azatioprina.

Dermatólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal en Madrid. Dermatólogo en la Clínica Grupo de Dermatología Pedro Jaén. Doctor en Medicina. Profesor Honorífico de la Universidad de Alcalá.
Máster en Dirección y Administración de Servicios Sanitarios.
http://www.sergiovano.com/
http://www.grupodedermatologia.es/
Twitter: @sergiovanog