#msalud #esalud
#tic #ehealth #salud2.0
La llegada de smartphones
y tablets está suponiendo una auténtica revolución en Sanidad. Los
teléfonos inteligentes presentan grandes ventajas en los hospitales frente a
los clásicos ordenadores: mayor agilidad y rapidez en su uso, pues para acceder
a los ordenadores -con lentos encendidos y cargas de datos- son necesarias
varias claves; posibilidad de almacenamiento y envío de datos con el propio
dispositivo, haciéndolos idóneos para determinadas formas de telemedicina, y,
sobre todo, portabilidad, pues con el smartphone podemos buscar información y
utilizarla en el point of care.
Progresivamente, los
médicos vamos usando en mayor medida las nuevas tecnologías en beneficio de
nuestros pacientes. Gurús del tema han denominado al smartphone como el
"fonendoscopio del siglo XXI", ya que se ha convertido en una
herramienta imprescindible para algunos -si no muchos- médicos en su práctica
clínica diaria. Y, según los datos de Estados Unidos, esta tendencia va a
crecer en los próximos años.
Ahora bien, surgen
algunas controversias importantes que deben analizarse:
¿debe cada médico llevar su dispositivo o debe facilitarlos la organización sanitaria? Hoy por hoy, y ante la escasez de recursos, es impensable que fuera la organización la que facilitara el smartphone o tablet al médico. Además, tendría el inconveniente de que ese dispositivo luego no debería usarse para fines personales. Ahora usamos nuestro propio dispositivo como herramienta de trabajo, lo cual facilita integrar todas las funcionalidades tecnológicas, tanto personales (calendarios, teléfonos) como laborales (herramientas, imágenes, algoritmos), en un único dispositivo. Lo que sería interesante es que fuera la Administración o la propia institución sanitaria la que financiara el desarrollo o el acceso a determinadas herramientas o aplicaciones dentro de nuestros dispositivos para mejorar la práctica asistencial. También se deberían facilitar los medios técnicos necesarios para la utilización de estas herramientas digitales (conectividad, wifi...).
¿debe cada médico llevar su dispositivo o debe facilitarlos la organización sanitaria? Hoy por hoy, y ante la escasez de recursos, es impensable que fuera la organización la que facilitara el smartphone o tablet al médico. Además, tendría el inconveniente de que ese dispositivo luego no debería usarse para fines personales. Ahora usamos nuestro propio dispositivo como herramienta de trabajo, lo cual facilita integrar todas las funcionalidades tecnológicas, tanto personales (calendarios, teléfonos) como laborales (herramientas, imágenes, algoritmos), en un único dispositivo. Lo que sería interesante es que fuera la Administración o la propia institución sanitaria la que financiara el desarrollo o el acceso a determinadas herramientas o aplicaciones dentro de nuestros dispositivos para mejorar la práctica asistencial. También se deberían facilitar los medios técnicos necesarios para la utilización de estas herramientas digitales (conectividad, wifi...).
Seguridad
¿Existe un adecuado nivel de seguridad y protección de datos en los smartphones? Quizá sea éste uno de los mayores problemas. Se calcula que el 75 por ciento de los médicos en España tiene un teléfono inteligente, y quién no ha contestado una teleconsulta por Whatsapp a un amigo... No somos conscientes de la falta de protección de datos de las aplicaciones generales e incluso de las redes sociales, y debemos tener cautela en su uso. Este problema, sin embargo, puede solucionarse de forma efectiva creando aplicaciones ad hoc para un fin asistencial o de archivo de datos e imágenes (acceso mediante claves y datos encriptados). Por ello es tan importante el desarrollo de apps específicas en el ámbito asistencial, con niveles de seguridad adecuados e incluso posibilidad de integración en la historia digital.
¿Existe un adecuado nivel de seguridad y protección de datos en los smartphones? Quizá sea éste uno de los mayores problemas. Se calcula que el 75 por ciento de los médicos en España tiene un teléfono inteligente, y quién no ha contestado una teleconsulta por Whatsapp a un amigo... No somos conscientes de la falta de protección de datos de las aplicaciones generales e incluso de las redes sociales, y debemos tener cautela en su uso. Este problema, sin embargo, puede solucionarse de forma efectiva creando aplicaciones ad hoc para un fin asistencial o de archivo de datos e imágenes (acceso mediante claves y datos encriptados). Por ello es tan importante el desarrollo de apps específicas en el ámbito asistencial, con niveles de seguridad adecuados e incluso posibilidad de integración en la historia digital.
¿Es posible la
integración de los datos del smartphone en la historia clínica digital?
Éste es un punto de gran interés para el futuro. Hoy por hoy no existen apps
que lo hagan. No obstante, si pretendemos implantar la mSalud (tecnologías
móviles) en el mundo sanitario, tendremos que trabajar en este punto para
beneficio y comodidad de los pacientes (monitorización de enfermedades crónicas
mediante el smartphone del enfermo, telemedicina, acceso a historia clínica
digital mediante app...).
Infraestructura
¿Tenemos un adecuado soporte de infraestructura por parte de las instituciones sanitarias? En general, no. Al igual que la ciencia médica va cambiando, la infraestructura debe hacerlo. Es poco frecuente disponer de conexión wifi en los hospitales. Incluso es difícil la conexión por 3G en algunas zonas. Por no hablar de algunos hospitales en los que en muchas áreas no hay ni cobertura telefónica... Quizá en un futuro los gestores deban plantearse que la inversión realizada en infraestructura tecnológica puede ser la mejor inversión y puede contribuir a optimizar la eficiencia de los profesionales sanitarios. Sirva como ejemplo poder buscar información médica desde el smartphone sin desplazarse al ordenador, comunicarse con otros profesionales sanitarios, e incluso poder acceder a pruebas o a la historia clínica digital.
¿Tenemos un adecuado soporte de infraestructura por parte de las instituciones sanitarias? En general, no. Al igual que la ciencia médica va cambiando, la infraestructura debe hacerlo. Es poco frecuente disponer de conexión wifi en los hospitales. Incluso es difícil la conexión por 3G en algunas zonas. Por no hablar de algunos hospitales en los que en muchas áreas no hay ni cobertura telefónica... Quizá en un futuro los gestores deban plantearse que la inversión realizada en infraestructura tecnológica puede ser la mejor inversión y puede contribuir a optimizar la eficiencia de los profesionales sanitarios. Sirva como ejemplo poder buscar información médica desde el smartphone sin desplazarse al ordenador, comunicarse con otros profesionales sanitarios, e incluso poder acceder a pruebas o a la historia clínica digital.
En conclusión, los
dispositivos móviles van a ser una herramienta imprescindible en el sistema
sanitario en un futuro cercano. Debemos salvar aún algunos problemas como la
seguridad de los datos o la conectividad en los centros sanitarios, y resolver
interrogantes como quién debe financiar esas aplicaciones que ayudan al médico
en su día a día.
Lo que es seguro es
que, de una forma u otra, la mSalud irá implantándose y ofreciendo innumerables
ventajas a médicos y pacientes, como un acceso más ágil a información médica,
herramientas que mejoran la seguridad en la prescripción, desarrollo de la
telemedicina, comunicación entre profesionales e incluso con pacientes, y la
potencial integración de datos en la historia digital y acceso universal desde
cualquier centro.

Dermatólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal y en la Clínica Grupo Pedro Jaén. Coordinador del Grupo de Innovación en Tecnologías Médicas del Hospital Ramón y Cajal. Creador de DermoMap. Miembro del Consejo Editorial de I-Doctus.
http://www.sergiovano.com/
Twitter: @sergiovanog
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